viernes, 9 de febrero de 2007

Un guía inquietante

"Circulo con mi coche por una pista de montaña. La vegetación es mediterránea y hace calor. Al final debo pararme ya que la carretera no continúa. Me bajo e intento seguir el camino a pie. Tengo una maqueta tridimensional en miniatura que representa el territorio y quizá me sirva de guía, pero pronto me voy encontrando con vallas metálicas. Visto que no puedo avanzar, intento retroceder, pero más vallas hacen que deba seguir un itinerario marcado. Puede que incluso estén electrificadas. Mejor no arriesgarse a tocarlas.

Ya no tengo ni idea de dónde tengo el coche ni dónde estoy y es entonces cuando me encuentro con un tipo que viene de frente. Es calvo y con ojos claros y viste una camiseta cutre, un bañador y unas chanclas. Tiene los pies negros de roña y por el acento parece magrebí. Amablemente se presta a acompañarme siguiendo la dirección que él traía. A cambio, yo me ofrezco a llevarlo al pueblo al que se dirige una vez encontremos mi coche.

Pero al rato ya no me parece tan amable. Mira constantemente a mis bolsillos y lo pillo alargando la mano hacia ellos. Su presencia me empieza a parecer amenazadora. Al final me canso y me largo corriendo de allí, pero creo que no servirá de mucho. Las vallas sólo dejan un camino posible y seguro que ese tipo se lo conoce bien."

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