viernes, 2 de noviembre de 2007

Hasta siempre, amigo.

Apreciado compañero,

Sé que tu condición de ser inanimado te impide comprender el significado de mis palabras, pero permíteme la licencia de decírtelas de todos formas, a modo de despedida.

La química entre nosotros funcionó desde el principio. Desde el momento en el que te vi supe que correríamos mil y una aventuras. Dicen que las buenas amistades son aquellas en las que aceptas al otro tal y como es, con sus virtudes y carencias. Yo te acepté así a pesar de saber que no me podrías ofrecer nunca una dirección asistida o un airbag en caso de accidente. Sin embargo algo vi en ti que me gustó. Ahora, con el paso del tiempo, puedo decir que no me equivoqué contigo.


Tú me has acompañado a lo largo de diez años, que se dicen pronto. Cuantitativamente es más de un tercio de mi vida pero cualitativamente has visto pasar por tu interior los cambios más significativos del mío.

Si pudieras hablar...¡ay! si tú pudieras hablar. La de cosas que podrías llegar a contar sobre mi. Podrías por ejemplo explicar la evolución de mis gustos musicales. Tú has reproducido la música que me ha servido de inspiración un millón de veces. Pero no sólo eso. Si te pusieras a contar cosas podrías hablar sobre mis inicios como universitario, mis juergas, mis conciertos como asistente y como intérprete. Podrías incluso hablar de las mujeres que han pasado por mi vida.


Has sido un buen compañero de viaje durante más de una década. Te has comportado conmigo de forma ejemplar y yo apenas te he correspondido. Ni siquiera he llevado al día los cambios de aceite.

Sin embargo ahora te tengo que decir adiós con el más profundo de mis pesares. Un segundo de distracción, una lluvia torrencial, un aquaplanning y...plas. Lo que parecía un golpe sin importancia ha pasado a ser tu condena. Por culpa mía. Vivimos en una sociedad de consumo en la que reparar no sale a cuenta. Hoy en día se tira y se substituye. No me ha quedado alternativa.

Vendrán otros a ocupar tu lugar pero desde este preciso momento quisiera que sepas que nunca será lo mismo.

Hasta siempre, amigo.
Sito

No hay comentarios: